Incapaz de superar el fracaso de su relación, nuestro protagonista sigue colándose hoy en el piso de su ex. A veces lo limpia, a veces se masturba, e incluso a veces, se da a la música. Pero, en definitiva, sigue con una copia de las llaves del piso que compartió con la chica que ama en su posesión.